Es muy almeriense, cuando un niño le dice a su madre que se aburre, que ésta le conteste que la mejor solución es darse con una piedra en la espinilla. A mí al menos siempre me lo ha dicho la mía, a la que, por cierto, nunca he llegado a hacer caso en eso. En otras cosas sí.
Ayer, en sala de prensa, ese filón para los titulares periodísticos que es Thievy, reconocía que en algunos tramos de la temporada, se ha llegado a aburrir, ojo, cuando estaba sobre el terreno de juego. Como siempre, Thievy, tan sin cero como, digamos, poco delicado a la hora de escoger sus mensajes.
Ha dado mucho juego el comentario del delantero del Almería. Por ejemplo, ayer algún tertuliano del Minuto 92, aquí en la sintonía de Radio Marca Almería, ratificaba que, efectivamente, lo que ha hecho Thievy es constatar una sensación generalizaba: la de que en el campo parecía estar aburrido.
A Thievy habría que decirle, por ejemplo, que si él se aburría, no se puede imaginar lo que nos pasaba a quienes estábamos sentados en la grada. O que si se le ha ocurrido algo que hacer para dejar se de aburrirse antes de que el colegiado pitase el final del partido, aunque esto último quizás no sea prudente, no sea que la respuesta vaya relacionada con las ocasiones en la que el futbolista se ha auto expulsado.
Decía yo ayer que no me gustaría ser la pareja de Thievy, dado el nivel al que pone el listón del aburrimiento y en qué situaciones lo coloca. ¿Os imagináis sus exigencias de diversión en sus ratos libres? En fin…
Lo que parece claro es que la cualidad más destacable este año alrededor del Almería no está siendo la prudencia. La pasada semana, Sergi tuvo que dar una lección a otro futbolista por sus gestos de desconsideración al ser cambiado en el Nou Camp.
Si este jugador no fue educado ni solidario con sus compañeros de vestuario, sobre todo con el que entraba en el campo para sustituirle, tampoco parece que lo haya sido mucho Thievy con quienes compartían formación con él en los partidos en los que él se aburría.
No sé a vosotros, pero yo si me estuviera aburriendo en un campo de futbol mientras juego ante diez o doce mil personas, intentaría hacer algo para divertirme. A lo mejor soy muy raro, no sé.
