La Fase Final de la ACB se desarrollará, en principio, durante dos semanas y movilizaría a medio millar de personas entre jugadores, árbitros, componentes del cuerpo técnico, directivos, periodistas y miembros de la organización. Las exigencias de la ACB se dividen en tres apartados –sanitario, deportivo y logístico–, tal y como recoge la documentación que trasladó el pasado 8 de mayo a las diferentes candidaturas. En su elección final, la Asociación de Clubes dará prioridad al aspecto sanitario, a las medidas de seguridad, y en siguiente término tendrá en cuenta la faceta deportiva y organizativa de las ciudades aspirantes. Valorará, sobre todo, que la evolución médica de la zona sea favorable y que la infraestructura deportiva y hotelera permita un eficaz confinamiento de todos los miembros de los equipos. En este sentido, existe una gran preocupación ante un posible brote del coronavirus durante las dos semanas de la competición –hay previstos hasta 33 partidos para decidir el presente campeonato–. Respecto a la infraestructura deportiva, ninguno de los requisitos de la ACB atiende al aforo, ya que todos los encuentros se desarrollarán a puerta cerrada, sin público en las gradas. Sin embargo, sí son imprescindibles una pista de juego y al menos una pista auxiliar; al margen de que se contemplará también, para la elección final, el número de canchas y de vestuarios que pueda ofrecer cada candidatura –que agilizaría la celebración de los partidos y la desinfección–, así como los recintos aportados por la ciudad para que los equipos puedan ejercitarse sin contratiempos.
En cuanto al apartado logístico, la Asociación de Clubes estudiará la disponibilidad de las ciudades para atender a los 12 clubes participantes –repartidos en distintos hoteles–, y examinará otros indicadores técnicos como la seguridad en el alojamiento, la conexión con el transporte, la distancia, la comodidad y el riesgo de los desplazamientos e, incluso, las facilidades que tenga Movistar para la correcta retransmisión de los partidos.
