
VÍDEOBLOG #Minuto92: Las mentiras de Rubi, por Víctor J. Hernández Bru.
No es la primera vez que afirmo en una crónica que el técnico de la UD Almería miente en sala de prensa. No lo había hecho nunca antes, en 28 años de profesión. Pero lo de Rubi es demasiado fuerte para pasarlo por alto. El 22 de diciembre del pasado año, titulé la crónica de sala de prensa que “Rubi miente para explicar el penalti: «Ha decido el que estaba a tres metros del balón», cuando el que ha decidido ha sido el VAR”.
Sé que la milonga se ha institucionalizado en las salas de prensa, especialmente tras los partidos de Liga de Fútbol Profesional, pero yo sigo diferenciando con claridad entre la milonga y la trola pura y dura, así, sin anestesia, sin pudor alguno.
Hace muchos años que acuñé la teoría, basada en la más absoluta práctica, de que hay entrenadores que pierden supuesto más por sus nefastas actuaciones en sala de prensa que por sus malos planteamientos, que el discurso ante los periodistas es una asignatura muy importante para un técnico, más que nada porque muchas veces se les juzga tanto por lo que dicen como por lo que hacen.
El sábado, tras la derrota por 3-1 en Granada, tras dejar al cuadro nazarí acercarse a un solo punto y perder el golaverage con él, publiqué en el subtítulo de la crónica de la rueda de prensa post partido que “El técnico rojiblanco ha vuelto a mentir en sala de prensa, señalando que «yo he dicho muchas veces que hemos estado muy mal, pero hoy estoy muy contento con el partido»”.
El técnico de la UDA dijo también, que estaba muy contento con el rendimiento de sus jugadores, así como que habían jugado, quizás, el mejor partido de la temporada fuera de casa. Ambas cosas son también mentiras, es evidente que son trolas y lo sabemos todos, pero no son embustes tan evidente y fácilmente demostrables como lo de mi subtítulo.
Rubi dijo en Granada que ha dicho muchas veces que su equipo ha estado mal, pero eso no sólo no ha sucedido muchas veces, sino que no ha sucedido ninguna. Y, sin embargo, Rubi lo dijo. Y lo dijo, probablemente, porque Rubi está por encima del bien y del mal; porque a Rubi no le importa caer en estas faltas de respeto hacia la afición del Almería; porque Rubi tiene, desde julio, firmado un contrato por nueve millones de euros por tres temporadas que, junto al maltrecho tope salarial del club, hacen prácticamente imposible que el club lo despida.
Rubi es inmortal en este Almería, pero aún siéndolo, podría ser más respetuoso con la tierra que le está dando de comer, podría cuidar un poco más su discurso, podría mostrar algo más de pudor a la hora de decir cosas que hacen pensar que se está riendo de todos nosotros.
Rubi sabe que su vestuario está roto, pero nos dice que es una piña; que su plantel es una ruina porque en verano no le trajeron a nadie (Melamed estaba firmado desde meses antes) y en invierno sólo a Selvi, que no juega, pero no deja de echarle flores, desde que mintió diciendo que a él le gustan las plantillas cortas; Rubi sabe que el departamento que tiene por responsabilidad fichar jugadores en el Almería no funciona, pero se deshace en elogios hacia él; Rubi es consciente de que El Assy no le tiene ningún respeto a la figura del entrenador, pero afirma todo lo contrario; Rubi sabe que, de no ser porque no hay tope salarial para despedirlo, estaría en la calle hace mucho tiempo, pero no contempla la penosa situación en la que ha contribuido a meter al equipo; Rubi se ha acostumbrado a engañar a la gente porque sabe que ello no va a tener ninguna consecuencia para él en la UDA, pero se olvida de que hay vida después de estos tres años de forrarse a costa de Turki.
Es posible que ello le dé igual, pero si ello es así, si es capaz de maltratar su prestigio y su nombre de esta manera sólo porque con ello va a ganar nueve millones de euros, entonces es que su filosofía de vida es aún peor de lo que parece. Yo, sinceramente, prefiero pensar que no es así, aunque no puedo ni quiero ocultar que hace mucho tiempo que estoy absolutamente harto de las mentiras de Rubi, de la tolerancia del CEO y de la connivencia de aquellos periodistas a los que permiten pasar a las ruedas de prensa pero nunca le cuestionan sobre esto.
Rubi ha pasado de ser la víctima del desorden y la ineficacia del club derivada de la falta de preparación y dedicación de El Assy, a convertirse en una de las causas del problema. Pero él sigue diciendo que está muy orgulloso y feliz al ver cómo el equipo firma bochornosas actuaciones como la del sábado en Granada. Solo le falta sacar el autobús descapotable.