
VÍDEOBLOG #Minuto92: Incógnitas en el entorno de la venta de la UD Almería… ¿ciudad deportiva?, por Víctor J. Hernández Bru.
Si no hay cataclismo o radical cambio de planes de última hora, la UD Almería comenzará la próxima temporada con otro dueño diferente al que lo ha sido en los últimos años. Se va Turki Al Sheikh, si es que no se ha ido ya, porque si algo caracteriza a esta UDA de Mohamed El Assy es que nada está nunca claro y no hay nadie dentro que piense que es mínimamente importante tener informada a la ciudad, la afición y las instituciones sobre los planes más trascendentes sobre el club de la ciudad.
Y si todo va normal y se confirma lo que es mucho más que un secreto a voces, van a quedar ámbitos muy muy interesantes por resolver. Bueno, lo primero es saber quién viene y con qué intenciones. Porque claro, mejorar en cuanto a potencialidades a Turki es complejo. Digo en potencialidades, porque ‘su excelencia’ venía a romper el molde: un tipo que es mano derecha nada menos que del príncipe heredero de Arabia Saudí, con el dinero por castigo, con serios problemas para almacenar sus petrodólares por falta de espacio y con el capricho de medrar en el fútbol europeo era una ‘perita en dulce’. Luego ha resultado que al tipo esto le importaba un pepino, el club digo; y que sus viajes aquí se pueden contar prácticamente con los dedos de una mano; que en cuanto se han perdido cuatro partidos seguidos ha hecho como si no se acordase de Almería y, además, ha puesto al frente de esto a un tipo que está obviamente más interesado en otras ‘cosillas’ que en gestionar un club.
O sea que, aunque venga alguien con menos dinero, si al menos tiene algún interés por convertir al Almería en una entidad seria y rigurosa, habremos ganado mucho. Pero desde luego habrá que ver.
Al margen de esto, lo que más me llama la atención es cómo piensan resolver la dualidad entre club y ciudad deportiva. Porque hay que recordar que la empresa que ha comprado las 270 hectáreas de El Toyo, de las que va a dedicar 13 a construir la ciudad deportiva y las 257 restantes a algo que todavía nadie ha explicado, no es el Almería sino otra que también es propiedad de Turki.
Y ahora, ¿qué? ¿Va a vender las 270 hectáreas la empresa de Turki a los nuevos propietarios de la UDA? ¿Le va a vender sólo las 13 de la presunta y aún no empezada ciudad deportiva? ¿No le va a vender nada y piensa tener allí a la UDA alquilada mientras a él le apetezca?
Seguramente, a los lumbreras que hicieron esta operación no se les ocurrió pensar ni en lo que iba a pasar con esas 257 hectáreas restantes ni tampoco con las consecuencias de que el comprador del terreno no fuera el club sino una empresa dedicada a la especulación inmobiliaria. O a lo mejor sí se les ocurrió. El problema que es que todavía nadie nos lo ha contado.