
VÍDEOBLOG #Minuto92: De los 8 kilos de Appiah a los 7.5 de Koné, pasando por los 7 de Lázaro, por Víctor J. Hernández Bru.
Para mí, la reflexión de la semana se centra en lo bella que es la vida para quien es capaz de hacer inversiones de siete u ocho millones de euros, no una vez sino las que haga falta, obteniendo absolutamente ningún resultado, y no le pasa nada, no le duele, como si tal cosa…
En estos días hemos sabido que el amigo Ibrahima Koné, por cierto, magnífica persona y tipo educadísimo por lo que lo pude conocer, bastante, durante su año aquí en Almería, ha sido ‘cortado’ en el club de Arabia Saudí en el que se encontraba cedido por la UD Almería.
Ello quiere decir que su andadura en la poderosísima liga saudí no ha dado resultados y que debería volver a la disciplina de su club de origen, la UD Almería, pero el problema es que el futbolista se encuentra en paradero desconocido, al menos para el propio club, nada más y nada menos que desde el mes de marzo, tal y como ha informado Paco Gregorio en Diario de Almería, y no tiene mucha pinta de que ni vuelva a jugar aquí ni tampoco se vaya a sacar gran cantidad de dinero por su traspaso.
Insisto en que, en cualquier otro club, qué digo, en cualquier organización, una inversión fallida de siete millones de euros supondría una grave crisis, una reclamación de responsabilidades al responsable o irresponsable de tan grosero gasto, pero en esta UD Almería no deja de ser un día más en la oficina.
No voy ahora, por respeto y también por cansancio, a volver a repasar el rendimiento que han tenido los 85 fichajes que ha hecho la UD Almería hasta el momento y desde que aterrizó aquí el dúo formado por Turki Al Sheikh y Mohamed El Assy y, dentro de ese listado, casos como los de Ozorwarfor, Schettine, Juan Gutiérrez, Olivera, Pedro Mendes, Nelson Monte (que ni siquiera llegó a jugar un minuto), Enzo Zidane, Kaptoum, Vada, Makaridze, Jonathan, Rosic, Coric, Brian y compañía.
Pero sí que sería importante que alguien, alguna vez, midiese y comparase el gasto en estos casi cien futbolistas y el rendimiento que le han dado al club, más allá de casos muy puntuales como Darwin, Sadiq y muy poco más.
Por citar tan sólo tres casos, posiblemente de los más escandalosos en cuanto a inversión fallida, podemos centrarnos en tres de ellos, que totalizan aproximadamente 25 millones de euros sin ningún tipo de rendimiento, desde los 7.5 de Koné a los 8 de Appiah, sumados a los 7 kilos de Lázaro Vinicius, del que la pasada semana Rubi dijo que no juega porque se están haciendo con él unos “ajustes”, pero que durante el fin de semana ha terminado de “ajustarse” en un viaje privado a Londres.
Repito que, para mí, más allá del grave perjuicio que supone todo esto, lo gravísimo es que al tipo que se hace responsable de estos escandalosos gastos no le pasa absolutamente nada, es más, en ocasiones parece como si se le diera un premio por despilfarrar el dinero de esta manera. Y como no es mío el dinero, pues quizás yo no debería meterme en esto, pero el problema es que hay una herramienta que se llama tope salarial y que, gracias a estos despilfarros, resulta que en las dos últimas ventanas la UDA sólo ha podido incorporar a un refuerzo en cada una. Habrá que darle la enhorabuena al genio de los 85 fichajes, al genio de las incorporaciones de Kone, Appiah, Lázaro Vinicius y compañía.