
El técnico del conjunto rojillo apela a la ambición y al empuje de Anduva para sellar un ascenso a Primera que ya no es un sueño, sino una posibilidad real
El CD Mirandés afronta este domingo uno de los momentos más trascendentales de su historia reciente. Aunque el club puede presumir de haber disputado dos semifinales de Copa del Rey, su entrenador, Alessio Lisci, no duda: el próximo duelo ante el Almería es «el partido más importante en la historia del club».
La razón es clara: está en juego el ascenso directo a Primera División, una meta que hace pocos años parecía una auténtica quimera, pero que hoy depende exclusivamente del equipo rojillo. El Mirandés no necesita mirar a ningún otro campo; si gana los dos partidos que restan —frente a Almería y Cartagena—, tocará el cielo del fútbol español.
Lisci, sin embargo, prefiere no hacer cuentas. «Es inútil», afirma tajante, consciente de que rivales directos como Levante, Elche y Real Oviedo seguirán sumando puntos. Por ello, insiste: «Si ganamos nosotros, nos da igual lo que hagan los demás».
La plantilla burgalesa llega en un momento óptimo a la recta final del campeonato. «Estamos en un punto de activación perfecto», asegura el técnico italiano, convencido de que el trabajo de la semana y el apoyo de la afición en Anduva pueden marcar la diferencia.
Respecto al rival, el Almería, Lisci no escatima en elogios: «Tiene una gran plantilla, un gran entrenador y una mentalidad ofensiva». Aun así, el foco del Mirandés está puesto en mantener su identidad y salir a por los tres puntos desde el primer minuto.
En cuanto al parte médico, sólo Tachi está descartado de forma definitiva, aunque hay otros tres o cuatro jugadores entre algodones cuya evolución se seguirá de cerca hasta última hora.
Este domingo, Anduva vivirá un ambiente de gala. Y puede que, también, una noche histórica.