
Los rojiblancos deberá seguir luchando por la permanencia, pese a tenerla teóricamente
Después del parón por la Semana Santa, la Tercera División retoma el pulso y el Club Polideportivo Almería afronta las cuatro últimas jornadas ligueras, hallándose actualmente en la octava posición sumando 55 puntos al igual que el séptimo (tiene un partido menos), cuatro puntos por debajo del sexto y cinco del quinto, mientras que la distancia hacia la zona de descenso es de 14 puntos.
Al menos en teoría, porque viendo como marchan las cosas en el Grupo IV de la Segunda División B, en el que ahora mismo cuatro conjuntos bajarían al Grupo IX de Tercera, no solo descenderían a la División de Honor Andaluza los cinco equipos peores clasificados (del decimoctavo al vigésimo segundo), sino que también lo podrían hacer los inquilinos de las plazas que van de la decimoséptima a la decimocuarta. Sin embargo, habría que esperar a conocer cuántos ascensos se produjeran a Segunda B, lo que haría que quizás no bajasen tantos a la competición autonómica.
Por tal motivo, el conjunto almeriense histórico todavía no ve segura al 100% la permanencia, estando a cinco puntos del decimocuarto, mientras que su próximo adversario, el CD Alhaurino, es duodécimo con 51 puntos, uno más que donde empieza el peligro de una posible pérdida de la categoría, cuando debería andar tranquilo viéndose 10 puntos sobre el decimoctavo lugar de la tabla.
No es de extrañar que la directiva malagueña haya decidido ofrecer una entrada adicional a sus abonados, de modo que cada uno de ellos podrá invitar a algún allegado para presenciar el duelo ante el plantel rojiblanco y azul de pantalón que entrena Jorge Garcés. Así, es muy probable que el Estadio Miguel Fijones de Alhaurín el Grande registre una gran afluencia de público en la cita en la que el Poli Almería buscará ‘volver’ a asegurarse la salvación, ya de forma definitiva.