
VÍDEO BLOG #Minuto92: De Rozam a los hijos del desierto, por Víctor J. Hernández Bru.
No cabe duda de que Turky y su equipo profesional en Almería han llegado al club con ganas de cambiar muchas cosas. Otras, como el permanente apagón informativo al que la UDA somete a sus aficionados no cambian, pero algunas cosas, incluso las que están más intrínsecamente incrustadas en su ADN, parecen estar amenazadas.
Lo dije cuando se presentó la equipación de la pasada campaña, con la famosa garra sustituyendo a las barras franjirrojas, y lo vuelvo a repetir: me parece legítimo que el nuevo dueño de algo quiera hacerlo suyo e introduzca cambios.
Hombre, tratar de trasladar la impresión de que los almerienses somos ‘hijos del desierto’, tal y como se ha rotulado en el autobús oficial del club, quizás sea algo con cierta falta de rigor, más que nada porque Almería entera no sólo no es un desierto sino que éste ocupa un porcentaje bastante pequeño de nuestro territorio, mientras que apenas un 1% de la población de la provincia vive dentro o en los alrededores del Desierto de Tabernas.
Es como si Turky y los suyos estuvieran obsesionados en hacer de Almería una ‘pequeña Arabia’, que insisto, mientras sea de manera figurativa o metafórica no me parece mal, siempre y cuando no se pierda de vista nunca la realidad de las cosas.
Pero es que, además, en ocasiones me parece que en esta vorágine de modificaciones falta un cierto patrón de actuación. Porque con esto de los ‘hijos del desierto’ me ha venido a la cabeza el león Rozam, aquella mascota tan querida por el jeque y que en principio parecía que íbamos a tener hasta en la sopa, hasta que, desde un momento dado, ya no volvimos a saber más de él… salvo por la ya archi conocida marca de patatas chips gourmet, que además tampoco es propiedad del dueño del Almería sino de una familia almeriense.
No estaría mal que, en alguna ocasión, alguien del club nos explicara qué fue de Rozam como símbolo del club de todos los almerienses y por qué no hemos vuelto a saber absolutamente nada de él… aunque, pensándolo bien, estas explicaciones son sin duda, pedir demasiado para un club tan opaco como este Almería.