VÍDEOBLOG #Minuto92: Si no sube, el Almería no habrá perdido el ascenso en Cádiz, sino en Éibar, en Burgos, en Castellón, en La Coruña y en casa ante Elche o Málaga, por Víctor J. Hernández Bru.
No pude ver el partido el viernes. Cuestiones infinitamente más importantes me requerían. Lo he visto después y tengo muchas, muchísimas cosas que decir de él, pero la primera y más importante es que nadie ha conseguido jamás demostrar que un árbitro ha tomado decisiones en contra de lo que su conciencia y sus sentidos le han indicado. Lo he dicho mil veces, siempre que ha salido el tema, y no dejaré nunca de decirlo: yo nunca hablaré de robo arbitral, puesto que para ello habría que tener pruebas que demuestren la premeditación y yo no las he tenido nunca.
Dicho esto, creo que el colegiado del viernes perjudicó grave y claramente al Almería, con decisiones propias de un pésimo árbitro, al que además no vi incómodo protagonizando el infernal concierto de silbato que protagonizó: parecía gustarse, el tipo.
Y el Almería cayó en la trampa, centrándose en la pésima labor del colegiado en lugar de en lo suyo, en lugar de en trabajar en pro del importantísimo objetivo que tenía; propio de un equipo desestructurado, mal trabajado, con poca fe en el entrenador, que pinta bastante poco en ese grupo humano; un grupo frágil y rotundamente sensible a las adversidades, como éstas que estoy relatando.
Más allá del encuentro, que repito, se puso muy cuesta arriba porque no es fácil jugar ni con uno ni con dos menos, pero que el Almería logró llevar a su recta final en ventaja y que no terminó así por la grave falta de oficio del equipo rojiblanco en ese momento, además de por las fifias arbitrales anteriores, el Almería ha sido perjudicado esta semana, como ha sido beneficiado en otras. Querer centrar el transcurso de la temporada hora en los colegiados es hacerse uno trampas al solitario, además de una muestra clara de poca capacidad autocritica.
A estas alturas de la película, a nadie le extraña la filosofía ventajista de Rubi, que habló de que “nos han borrado” al final del partido. Podría entenderlo, dada la situación de nervios provocada por el final del choque, pero estoy seguro de que ese discurso no va a cambiar ahora ya en frío. Ojalá me equivoque.
Rubi sabe muy bien, porque de lo contrario el problema sería mucho peor, que el ascenso, en caso de no producirse, no se ha perdido en Cádiz. Que, insisto una vez más, creo que el ascenso no está ni mucho menos perdido, sino que ahora habrá de hacerse de una manera algo más épica, con buenos partidos ante Rácing y Mirandés.
Pero, repito, si finalmente no se sube, Rubi sabe que el ascenso se habrá escapado en Castellón, donde se hizo el ridículo; y en Burgos; y en Éibar; y en La Coruña… y también en casa ante rivales como Elche o Málaga. Lo de Cádiz no era una final a cara o cruz. El Almería ha dispuesto de 42 partidos para subir y me está empezando a parecer que el amigo Rubi, arropado por sus palmeros, rodilleros y sobadores de lomo de cabecera, están preparando el terreno para que, si no se asciende, el protagonismo sea arbitral, en lugar de centrarse en mejorar lo muchísimo que se puede mejorar en este Almería en la parcela que le corresponde a él, donde por cierto, habitualmente el amigo Rubi no tiene absolutamente nada que decir.
