En el deporte, como en la vida, es habitual que interpretemos las cosas que nos pasan, los hechos son los que son, pero nosotros lo interpretamos a nuestra manera, según nuestra experiencia, según nuestra formación, cómo veamos las cosas, la realidad es una, pero las interpretaciones son tantas como personas estamos en el mundo.
Qué quiere decir esto, que siempre nos podemos quedar con interpretaciones distintas, con cosas distintas, si el fútbol nos gusta, si el deporte nos gusta es porque cada uno interpretamos las cosas según las vemos, si eres hincha de un equipo y te han pitado un penalti lo ves es porque es penalti, tu lo ves y es correcto y si eres del equipo contrario te parece injusto.
Pero hay una cosa que son los hechos y son los números, y los números no entienden de interpretaciones, son los que son. Por qué digo esto, porque he visto después del partido ante el Athletic de Bilbao unas portadas en las que se habla de sensaciones, se habla de interpretaciones, pero no se habla de números, y claro que las interpretaciones y las sensaciones después de un empate con uno menos pueden ser positivas, pero los números son la realidad y los números no dan lugar a interpretación, y los números dicen que llevamos 7 de 72, y los números dicen que somos el peor equipo de la historia, y los números dicen que llevamos cinco jornadas sin marcar un gol en casa, y los números dicen que somos el equipo que más encaja, con 51 tantos en contra.
No puedes, no debes interpretar la realidad solo con una porción de ella, hay que verlo con una visión un poco mayor, y los números no engañan, a los aficionados no es fácil engañarlos, así que los números son siempre los hechos y son muy poco interpretables, no nos olvidemos de los números, y el Almería no da muchos números como para estar muy satisfechos de su juego.
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