
Hasta 15 cambios se han producido ya en los banquillos de la Segunda División tras el relevo producido en el Real Oviedo esta semana.
La Segunda División se ha vuelto a convertir esta temporada en una trituradora de entrenadores de la que Rubi ha conseguido salvarse pese a que los resultados no están siendo, ni mucho menos, los que se esperaban. El altísimo contrato del técnico catalán y la herencia de su anterior etapa frenan, de momento, cualquier opción de buscar un relevo.
El cambio en el banquillo es, sin embargo, el recurso más utilizado por equipos de todas las zonas de la tabla en busca de un revulsivo. En los puestos de honor, ascenso directo y play off, ha sido el Real Oviedo el único que ha hecho movimiento en su dirección técnica, pero desde la UDA hacia abajo los cambios han sido una constante.
El Granada CF, con solo un punto menos que el Almería, destituyó a Abascal y contrató a un Escribá que ya ha superado dos ultimátum. El Burgos cambió a Bolo por Ramis, a Cádiz llegó Garitano por Paco López y hasta el Eibar prescindió de Etxeberría para darle una oportunidad a Beñat San José. Deportivo de La Coruña y CD Castellón despidieron a los técnicos que unos meses antes les habían dado el ascenso.
En la zona baja los movimientos han sido permanentes. El Real Zaragoza se ha encomendado a Gabi tras la dimisión de Víctor Fernández y un corto periodo de Miguel Ángel Ramírez, mientras que el Eldense se entregó al experimentado José Luis Oltra tras caer a zona de descenso con Dani Ponz. Tenerife y Cartagena acumulan tres entrenadores esta temporada y el Racing de Ferrol apuró a Cristóbal Parralo antes de firmar a Alejandro Menéndez.