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RADIOBLOG MINUTO 92, por Víctor J. Hernández Bru.
Hacía tiempo que no estaba sobre la mesa, que no ocupaba minutos de las tertulias, que no provocaba debates. Es un invitado invisible, un convidado de piedra, un discreto testigo de los últimos quince años, que al principio dio mucho que hablar y que, desde entonces, ha protagonizado un discreto letargo, lejos de cualquier protagonismo, ajena completamente a las luces de focos y flashes.
Os hablo de la pista de atletismo del Estadio de los Juegos Mediterráneos, que después de tres lustros de existencia, vuelve al primer plano del protagonismo.
Y lo ha hecho a través de una propuesta de la Federación de Peñas que, directamente, solicita que se quite, que se sustituya por gradas para que el fútbol sea más fútbol y menos un espectáculo a distancia, como sigue ocurriendo en la Tribuna y la Preferencia del recinto.
Yo creo que, a estas alturas, ha quedado claro que la pista de atletismo del campo principal no sirve para nada, fue un gol que, en su día, le colaron a una instalación que fue diseñada y pensada por profesionales que no tuvieron en cuenta en ningún momento a Almería, sobre todo a la Almería del futuro, más allá de aquellos benditos Juegos Mediterráneos.
La pista, si no recuerdo mal, no ha vuelto a ser utilizada ni una sola vez en competiciones de atletismo en pista tras los Juegos y tan sólo recibió uso en algunas llegadas del Medio Maratón Ciudad de Almería. Sin duda que si alguien, quien fuera, hubiera sido capaz de utilizar dicha pista con fines atléticos, su presencia hubiera estado justificada. Pero la realidad es que no ha sido así.
Ahora bien, el hecho de que en 2005 alguien le colara un gol a la ciudad de Almería, con la connivencia o incluso con la complicidad de aquel consejero delegado de Almería 2005, valenciano él, vicepresidente de la Federación de Atletismo también, que pensó mucho más en su deporte que en la ciudad que pagaba su generosísimo sueldo, no quiere decir que ahora sea fácil desandar el camino.
Yo diría que, hoy por hoy, es absolutamente imposible llevar a cabo el desmontaje de la pista de atletismo, más que nada porque, para ello, habría que acometer una inversión millonaria que, en esta época, tras la crisis, ya no está al alcance de nadie que se nos ocurra.
Alguien podría pensar que es el club quien debe acometer la inversión, pero claro, tratándose de ese club incapaz siquiera de levantar un para de campos de fútbol en un terreno regalado por el Ayuntamiento de Almería, cualquier especulación está fuera de lugar; amén de que la instalación no es suya sino nuestra, de los almerienses.
Siendo así, el responsable de la obra tendría que ser el Ayuntamiento. Pero insisto, la inversión que ello requiere, incluyendo el bajar el terreno de juego varios metros, hacen inviable que se acometa. Ello sin tener en cuenta que la supresión de la pista supondría un incremento del aforo del estadio que, por cierto, no se llena nunca; con lo que se contribuiría a un estadio aún más vacío de lo habitual.