
Pocas cosas puede haber más grandes para un profesional que el hecho de que su nombre sobre y baste para ser reconocido en su país e incluso internacionalmente.
En España decimos Sara, Rafael, decimos Xavi o Raúl… y sabemos de quién estamos hablando, cada uno en su ámbito. Y en el mundo, se pronuncia el nombre de Perico y ya nadie duda en rescatar en la mente la imagen de aquel ciclista menudo, agazapado al final de un grupo de ocho o diez camino de la cumbre más compleja, del Tourmalet, del Alpe D’Huez o de los Lagos de Covadonga, esperando su momento para asestar el golpe definitivo a una carrera.
Anoche tuve la oportunidad de conducir la presentación del tercer libro de Perico, que no es el ciclista más grande que ha dado este país, pero seguramente sí el que más nos ha emocionado a muchos, a casi todos los miembros de una generación.
‘Las Escapadas de Perico’ es un libro que nos brinda 37 rutas supervisadas por Perico a lo largo y ancho de toda España, incluyendo una muy grande en Almería, la del ascenso a Calar Alto. Una lectura muy pero que muy recomendable.
Y con él, en la Diputación, gracias al programa Almería Activa con el que la casa de todos los almerienses de la provincia conocemos y damos a conocer los mejores rincones de nuestra tierra para hacer deporte, pudimos disfrutar del Perico más cercano, de ése que lleva años siendo una estrella de la televisión y de la radio, un tipo directo, con gracejo, con miles de historias que contar y una manera muy especial de contarlas.
Nos habló Perico de su libro y de sus rutas, de su carrera, de sus anécdotas, de su relación con Almería gracias a Juan Martínez Oliver, de sus sensaciones vestido de amarillo en los Campos Elíseos del 88, ganando el Tour, y de aquel inicio del del 89, en Luxemburgo, donde empezó con retraso por motivos que, con mucho arte, nos ocultó porque está bajo secreto de sumario.
Y luego, después de recibir un obsequio de Almería de manos del presidente de la Diputación, Gabriel Amat, y de responder las preguntas del público sin tapujos ni cortapisas, se tiró hora y media firmando libros y hablando de tú a tú con los almerienses que quisimos acompañarlo anoche.
Una nueva lección del gran Perico. Gracias, Pedro; en Almería se te quiere mucho.