RadioBlog: Minuto 92

Segunda División B

Miro a la clasificación y veo al Almería en la última posición, con doce puntos de 42 posibles, a cuatro puntos de la zona de permanencia, lo cual supone más de un partido, con cuatro puntos sumados de los últimos 15 que ha disputado y con un juego que cada semana bate el complejo récord de ser peor que la anterior.

Quizás me esté haciendo mayor, es posible que me fije únicamente en los datos más negativos, acaso soy más de los de la botella medio vacía o casi sin gota, pero no veo motivos para ningún atisbo de esperanza.

En cambio, observo los mensajes que nos llegan desde el club y, desde la llegada de Joan Carrillo, no atisbo ningún tipo de medida y, mucho menos aún, ni un ápice de autocrítica, ese extraño comportamiento que provoca alergias en la UDA.

A excepción del manguerazo del presidente, tras el último empate casero, amenazando con revolución en el mercado de invierno, casi se podría decir que en la entidad rojiblanca están satisfechos con haberse convertido en el rey del empate del último mes, en que el equipo no le hace un gol no ya al Arco Iris, sino a toda su familia; y que ver jugar a los de Carrillo es tan divertido como un funeral de los años 40.

No sé si alguien se habrá dado cuenta en la Unión Deportiva Almería, pero el equipo está cada día más cerca de eso que algunos siguen llamando Segunda División B. Ignoro si se habrán percatado de que ello supondría el adiós al dinero de las televisiones, el regreso a las entradas de tres o cuatro mil espectadores y el haber pasado del Madrid y Barça, en apenas dos años, al Écija y el Villanovense, dicho esto con todos los respetos a éstos y al resto de equipos de la categoría de bronce.

No sé si alguien en la estructura profesional del club, se ha parado a pensar que éste no es el camino, que algo habrá que hacer para esquivar lo que, hoy por hoy, parece tenernos reservado el destino.

El otro día, tras la debacle del Real Madrid, cero a cuatro ante su público y frente a su máximo rival, me llamó la atención la comparecencia ante los medios de comunicación de los pesos pesados del club blanco: Benítez, Marcelo y Sergio Ramos que son los dos primeros capitanes, etc. Casi a la misma hora, el Almería, colista de la Segunda, tras un patético empate en Bilbao ante el vicecolista, nos comunicaba oficialmente que hoy no comparecerá nadie ante los medios y que, en lugar de esto, nos mandará sonidos de un único jugador; gran despliegue.

El Almería se desangra en puntos y apoyo popular y, mientras, sus gestores siguen sobreprotegiendo todo lo que hay dentro del club, alejándose del tejido social almeriense y dando motivos para que la fuga de aficionados del Mediterráneo continúe su progresión.

Sinceramente, lo peor no parece ser la situación actual. Posiblemente lo peor sea la incapacidad interna de los rectores del Almería de darse cuenta de que cada día tienen menos tiempo para hacer algo que cambie esta dinámica en la que se han metido ellos solitos. Mientras continúa la inacción y el inmovilismo, el Linares y el Lepe se acercan peligrosamente.

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